Blog de la Escuela de Educación Infantil José Zorrilla donde iremos incluyendo toda la información, noticias y cuantas cosas creamos necesarias e interesantes para educar en igualdad.

martes, 20 de noviembre de 2012

YAMILA NO VA A LA ESCUELA. PROPUESTA 25-N

En este mes de noviembre se celebra del día 20 el día mundial de la infancia y el 25  el día internacional contra la violencia hacia las mujeres.
Recientemente el caso de Malala Yousafzai, la niña pakistaní tiroteada por los talibanes cuando ejercía su derecho a asistir a la escuela, ha revelado que muchas niñas en el mundo están privadas de este derecho que se reconoce como fundamental.
Niñas obligadas a permanecer en la casa o casadas a edades tempranas son formas de maltrato que queremos denunciar y que a veces lo tenemos muy cerca.
Para sensibilizar a nuestras niñas y a nuestros niños hemos escrito un cuento:
"Yamila no va  a la escuela"
que nos sirva de motivación para elaborar los mensajes que intentarán abrir las puertas de la escuela de Yamila, hacer entender que el derecho a asistir a la escuela es universal y que ninguna niña puede ser privada de él por el mero hecho de haber nacido mujer.

El cuento escrito por Begoña Álvarez Moratinos está sujeto a Copyleft por tanto a disposición de cualquiera que quiera utilizarlo con el fin para el que fue creado y solo se ruega, pues, citar la fuente y autoría.. 


YAMILA NO VA A LA ESCUELA

Yamila vive allá lejos, cerca del valle desde donde se ven las montañas con sus sombreros blancos, su casa está a orillas del río Swat, un río lleno de peces donde los pescadores acuden a diario.
Yamila quiere saber cómo se llaman los peces, y quiere aprender el nombre de sus montañas. Le gusta saber escribir para poder contárselo todo a su amiga Nahir.
Yamila se levanta por la mañana y prepara el desayuno de Jafar, su hermano gemelo. Él va a la escuela, lee libros y escribe hermosas poesías, conoce el nombre de las montañas, el de los peces y el de los árboles que están a las orillas del río.
Yamila nunca fue a la escuela, su padre la enseñó a leer y a escribir, era un juego secreto que no podía contar a nadie y ella no sabe bien por qué.
Hoy Yamila se ha levantado como todos los días, un poquito antes incluso, ha acudido a la habitación donde duermen su madre y su padre y muy seria les ha dicho:
¡Hoy empezaré a ir a la escuela!
Mamá y papá se han mirado con cara de preocupación, después mamá ha abrazado muy fuerte a Yamila y le ha explicado que ella podrá seguir aprendiendo en casa pero que nadie puede enterarse, las niñas no pueden ir a la escuela, las niñas solo pueden aprender a cuidar la casa.
Ella se ha puesto triste y ha mirado a su padre, su padre ha acariciado dulcemente a Yamila para decirle que su madre tiene razón. ¡Seguirás aprendiendo conmigo!
Al llegar la noche ya no ha querido mirar por la ventana, y llora agarrada fuertemente a su almohada.
Pero alguien toca su puerta y abre con cuidado, su hermano Jafar llega para consolarla,
-Yamila, le dice, mañana irás a la escuela.
-¿Pero cómo, Jafar? Ya has oído a mamá y a papá, las niñas no pueden ir a la escuela, me echarán cuando me vean llegar, incluso puede que me insulten y hasta que me peguen.
-No, Yamila, eso no va a ocurrir, será un secreto entre tú y yo, mañana vestirás mis ropas, todos dicen que nos parecemos así que nadie notará que no soy yo. Llevarás mis libros y mis cuadernos, escucharás lo que allí se diga luego me lo contarás al llegar a casa. Aprenderemos juntos. Un día irás tú y otro yo.
Esa noche Yamila no pudo dormir.
Al día siguiente Jafar y Yamila intercambiaron sus ropas, Jafar se apresuró a poner el desayuno y ayudar en las tareas de la casa, iba y venía tan rápido que su madre no se percató del cambio.
Yamila emprendió camino a la escuela, al llegar reconoció a Nadím y a José y al grupo de amigos de su hermano, les saludó con miedo a ser descubierta pero nadie pareció darse cuenta del engaño.
Por increíble que pueda parecer pasaron los días y Jafar y Yamila continuaron con su secreto.
Pero una mañana, cuando se disponían a cambiar sus ropas, Yamila miró a Jafar con sus ojos grandes llenos de vida y levantando su mano le dijo
¡Hoy no Jafar!, ¡Hoy iremos juntos!
¡Qué dices!, ¿te has vuelto loca? ¡No podemos hacer eso!
¡Claro que podemos!
Jafar miraba a Yamila boquiabierto, la siguió hasta la cocina donde su madre y su padre se disponían a empezar a desayunar
-¡Hoy iré a la escuela!, dijo Yamila en un tono de voz tan fuerte que su padre derramó el desayuno y su madre casi se atraganta.
-¡Hija, ya sabes que eso no puede ser!
-No papá, eso… ¡ya ha sido!
-¿Cómo dices?
Su padre abrió lo ojos tanto que le costó volver a cerrarlos
-Que ya he ido a la escuela ¡Y varias veces! ¡Díselo tú Jafar!
Jafar asintió con la cabeza y poco a poco fueron explicando lo que había pasado.
Esperaban la regañina, pero su padre y su madre salieron de la cocina sin decir palabra, al rato volvieron con una enorme sábana blanca y unos lápices de colores
Vamos, Yamila, dibujaremos aquí tu mayor deseo, después haremos copias más pequeñas y las enviaremos por todo el mundo para que sepan que hay escuelas cerradas para las niñas, pronto tendrán que abrirte las puertas y mientras eso pase tu hermano, tu madre y yo iremos contigo cada mañana y si no abren nos quedaremos fuera hasta que lo entiendan. Cada día llenaremos las paredes con dibujos y poemas, y, al final, ¡abrirán!

Hoy Yamila ha mirado por la ventana y ha visto las altas montañas, ha dibujado con su dedo los sombreros blancos, ha recorrido la orilla del río y ha contado uno por uno los peces.
Yamila sigue esperando y pidiendo a las niñas y a los niños de todo el mundo que dibujen sus escuelas con las puertas abiertas y las niñas dentro, para que entre todas y entre todos las puertas de su escuela puedan estar abiertas también para ella y para todas las Yamilas del mundo.


sábado, 3 de noviembre de 2012

ALGO ESTÁ CAMBIANDO


Paseaba hace unos días por los alrededores de mi casa, era media tarde y el movimiento en la calle dibujaba  un ir y venir de familias apresuradas, arrastrando el cansancio del día junto las bolsas del “super”.
         De repente algo me llama la atención, no debería hacerlo pero me sorprende, un niño de unos 4 años (supongo que siempre me fijo por cierta deformación profesional) empuja con gesto cansado una sillita de bebé, era una sillita de juguete con su correspondiente muñeco dentro, su madre unos pasos por delante hacía equilibrios con las bolsas de la compra mientras el niño, con exquisito cuidado, seguía empujando su juguete afanado en alcanzar a la mujer.
         Miré alrededor, confieso mi escepticismo, esperando a que apareciera la hermana y dueña del carrito pero pasados unos segundos asumí con enorme regocijo mi error y solo se me ocurrió exclamar: ¡Sí, algo está cambiando!, ese es el juego simbólico que quiero ver, el que vive extramuros de la escuela y se mezcla con la normalidad de las calles, el que no oculta la imitación de las tareas compartidas, el que anuncia que los niños empiezan a entrar en el juego del cuidado. Por un momento sentí el placer de la recompensa y me tuve que contener para no darle un abrazo. Comedida me limité a mirarlo con ternura y con cierto temor de convertir en extravagante lo que el niño vivía con absoluta normalidad y entonces me estremecí al pensar que, a la vuelta de la esquina, algún revientafuturos con el cerebro encharcado de testosterona intentaría acabar de un golpe certero con lo mejor que, profesionalmente, me había pasado ese día.

Begoña Álvarez Moratinos

miércoles, 10 de octubre de 2012

LAS NIÑAS TAMBIÉN CUENTAN

Parece mentira que en pleno siglo XXI aún tengan que celebrarse días como este, Pero la realidad es tozuda y todavía, en algunos países, las niñas son sometidas a fuertes discriminaciones y exclusiones que atentan contra sus derechos fundamentales. 
A menudo se les impide estudiar y se les obliga a casarse a edades tempranas o a ocuparse de las tareas domésticas.
Peor aún son los casos en los que la violencia actúa de manera disuasoria para frustrar los intentos de acudir a la escuela.

Por todo ello este 11 de octubre se celebra el Día Internacional de la Niña, con el objetivo de hacer visible la especial situación de discriminación por género y edad que sufren millones de niñas en todo el mundo





jueves, 28 de junio de 2012

CALLES CON NOMBRE DE MUJER

Las alumnas y los alumnos de 4º y 5º de primaria  del Colegio Público Miguel de Cervantes de Gijón han realizado un estupendo trabajo sobre las calles del barrio (La calzada) que tienen nombre de mujer: Un estudio de las biografías de mujeres que dan nombre a muchas de las calles por las que pasamos a diario o en las que residen. Una interesante tarea que contribuye a la visibilización de las mujeres como parte activa de la cultura.
Os invitamos a visitar el blog de la biblioteca del centro donde exponen el resultado de su trabajo.
Tenemos además el orgullo de saber que el alumnado que ha participado en la actividad lo fue antes de esta Escuela. 
¡ENHORABUENA POR EL TRABAJO!

jueves, 8 de marzo de 2012

8 DE MARZO: SOMOS NIÑAS NO SOMOS FLORES

Con motivo del 8 de marzo: fecha en que se conmemora el día internacional de la mujer y a propósito del proyecto que acabamos de comenzar sobre como utilizar los colores nos pareció buena idea trabajar con el cuento de Raquel Díaz Reguera

¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?.

Durante la semana leímos el cuento, hoy lo hemos representado y parte de la mañana la hemos dedicado a comentar cosas que nos parecen importantes.

No queremos eliminar el rosa de nuestras vidas pero tampoco queremos que sea solo un color de niñas y además no queremos que los niños se burlen del rosa diciendo con desprecio que ¡es de chicas!
Los colores representan el mundo y nos pertenecen a todas y a todos pero no tenemos la obligación de preferir unos u otros por ser niñas o niños.
Aprendimos hoy que no es nada divertido ser princesa cuando te hacen vestir de una manera incómoda que no te permite jugar, bailar, brincar, explorar...
Por eso  respetamos la reivindicación de todas las princesas rosas  y que aquí os dejamos:

Nosotras no queremos ser princesas! Queremos viajar, jugar, correr y brincar y vestir de rojo, de verde o de violeta. Y no somos flores, ¡SOMOS NIÑAS!

martes, 31 de enero de 2012

CALENDARIO 2012

Aunque con un poquitín de retraso ya tenéis a vuestra disposición el

Calendario de 2012 "Si puedes dar abrazos por qué dar tortazos"
Es el resultado de la colaboración de las familias a la propuesta hecha el 25 de noviembre 


domingo, 15 de enero de 2012

COEDUCACIÓN, UN CAMINO CON MUCHAS DIRECCIONES

En un momento de reflexión me pregunto:
¿Caminamos hacia una igualdad real? Hablamos de igualdad y de logros, de coeducación y acercamientos. Tal vez las niñas hayan conquistado parcelas hasta hace algún tiempo vetadas para ellas, en este sentido podríamos afirmar que los logros son importantes. Pero ¿Se ha dado el mismo acercamiento de los niños hacia el terreno de las niñas?

Desde una perspectiva coeducativa la igualdad no es real sino equilibramos la balanza.
Ocupadas de sumergir a las niñas en ese universo casi prohibido, en un mundo masculinizado y patriarcal hemos considerado un logro el acercamiento y hasta la conquista de determinadas parcelas.

Como educadoras y educadores tal vez hayamos caído en un juego engañoso: si luchamos porque las niñas se posicionen en lugares tradicionalmente atribuidos a los varones es porque hemos considerado que estas parcelas serán, per se, buenas.
¿Si? ¿Es eso cierto? ¿Por qué hemos hecho el camino en esa dirección? ¿Estaríamos en el mismo lugar si orgullosas del valor de actitudes como la ternura, la tolerancia, el consenso mediante la comunicación o el cuidado de los demás se hubieran transmitido a niñas y a niños como auténticos valores prioritarios?
En un mundo competitivo, violento y consumista la carrera no está a favor de nadie, se nos venden estilos de vida y se nos hace creer que somos mejores porque pertenecemos a un clan.

Quienes atravesamos a diario la puerta de un aula observamos el devenir en estado puro y la observación arranca una cierta frustración: Los niños se reafirman en su masculinidad atávica y ancestral, resuelven los conflictos con la fuerza, lucen poses desafiantes y sus juegos reproducen modelos audiovisuales de nombres imposibles o se desarrollan en torno a un balón. A partir de los 5 años ya son clones de lo que serán en el futuro si nadie lo remedia. Su acercamiento al mundo de las niñas es torpe e inseguro, siguen entrando “a saco” y considerando sus formas de actuar como un modelo no válido, imitarlas es insultante, sus cosas son “de niñas”, hasta un color las define: el rosa.
Las niñas, que también se reafirman en una feminidad atávica y ancestral, empiezan a resolver sus conflictos por la fuerza, lucen poses desafiantes y sus juegos reproducen modelos muy cercanos a la vida adulta: mujeres de apariencia descarada que dicen comerse el mundo y cuya fuerza radica en lo apabullante de sus cuerpos.
Pero también, en honor a la justicia, se observa cierta propensión a exteriorizarse con mayor seguridad cuando se las pregunta por cualquier aspecto relacionado con su identidad como niñas. Las niñas son, los niños son “lo que no son” y en este sentido la labor coeducativa ha actuado de manera positiva hacia ellas pero ha descuidado la asunción de la identidad masculina en sí misma.

Por eso la coeducación en la escuela no es posible si no se da una coeducación social, sino cambia el modelo de hombre y de mujer, ese que se nos escapa por las costuras y que obliga a una remodelación seria y profunda.
A la vista de los acontecimientos el balance nos coloca un debe bastante lamentable: un gran número de hombres desorientados y a la defensiva frente a hípermujeres que al reafirmarse como tales degeneran en insatisfacción y/o maltrato.
Sin cerrarse del todo una brecha de género parece que el tejido se desagarra por otro lado y es que el empeño por la igualdad ha caído en una trampa perversa, la igualdad solo afecta a las mujeres, nosotras luchamos por igualarnos (a ellos) y algunos hombres (buenos, los malos matan) nos ayudan a que seamos más iguales (también a ellos)

Y en medio de toda esta revolución se alza la escuela, como un pequeño saurio, a dos patas, con sus consignas y su manía de enseñarlo todo en asignatura y con nota, donde el ejercicio de hacer no se le parece nada al de pensar y sentir, y por eso, al cerrar la puerta seguimos colgando el disfraz de coeducar en la misma percha en que colgamos la bata porque al salir del aula, con la cara lavada y el traje de diario, de repente y sin saber de donde viene, un coletazo feroz nos tira por los suelos.

Begoña Álvarez Moratinos
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