Las conmemoraciones de fechas son recuerdos de momentos
vividos, de cosas importantes que acontecieron y que nos mantienen atenta la
memoria.
Pero en la escuela, y sobre todo en infantil, puede darse la
saturación y la irremediable confusión pudiendo llegar a afirmar que, el
carnaval es una fiesta de la paz donde se canta cumpleaños feliz y se come
turrón.
Conscientes como somos de que educar es una línea continua
llena de sobresaltos, apostamos porque
cualquier cosa que hagamos se haga siempre desde una perspectiva coeducativa
que pasa por desarmar estereotipos demasiado arraigados en nuestra sociedad, y
en la escuela como reflejo de ella.
Una campaña por los buenos tratos arrancó en nuestro cole
coincidiendo con el 25 de noviembre, hacer visible que el cuidado es patrimonio de la
humanidad para niños y niñas, que defenderse es algo que corresponde a
cualquier ser vivo sea macho, hembra o mediopensionista y que la mejor defensa
no es, necesariamente, un buen ataque.
Acabar con la violencia machista solo pasa por acabar con el
machismo y esto, que parece de Perogrullo, no termina de ser asumido y debe comenzar en las edades más
tiernas. Cuidar tiene grandes dosis de
ternura y cuando nuestros niños aprenden a hacerlo (y no lo olvidan
misteriosamente al crecer) la violencia no encuentra espacio.
Creemos que niñas y niños aprenden lo que ven y lo que viven
, que las imágenes son importantes y que necesitan mirarse en actitudes
posibles y que estas imágenes se valoren como hechos necesarios.
Llega el día de la paz y parece que tenemos que cambiar de tema,
como si ahora las violencias fueran otras y, no nos engañemos, siguen siendo
las mismas. Las imágenes de la guerra están protagonizadas mayormente por
hombres, esos que, un día, fueron educados para defender su mula, su hembra y
su arreo (atacando), esos que mueren y matan en nombre de su virilidad y otras
cosas. Y, mientras, vemos a los niños empuñar armas, intentando cumplir el papel
que les asignó la vida.
¿Cómo sería el mundo si cada cual cuidara con cariño una parcela? Nunca
fueron las mujeres las encargadas de hacer la guerra ¿Son inútiles por ello? O encierran un valor
que la escuela (y la vida) ha descuidado y relegado solo a ellas? Porque las
guerras no las ganaron los hombres guerreros sino aquellas personas,
mayoritariamente mujeres, que se quedaron guardando lo que nadie pudo destrozar, cuidando el fuego de la vida.
La paz no es un concepto para ser cantado o echado a volar
en forma de paloma, la paz es la tranquilidad del ánimo frente a la fuerza
física, la cooperación frente a la competencia, el sosiego frente a la
agitación, son valores que pueden y deben convertirse en actividad, es el día a día, es
cambiar modelos y formar parte de la solución en lugar de engordar el problema.
Nuestras niñas se hacen más violentas intentando parecerse a
ellos porque alguien les dijo que la igualdad pasa por acercarse al rol
masculino. ¿Vamos a permitir semejante destrozo?
Hablar de coeducación y de igualdad, es tener el crisol donde
se funde todo lo bueno de lo que nos traemos entre manos, es dar la oportunidad de
frenar la guerra, es hacer hombres fuertes que no se desmoronen cuando una
mujer les aparta de su vida, es hacer mujeres capaces de tomar decisiones por
sí mismas. Es, sin duda, vivir la paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario